Microcuento erótico
Lo siento Carla estaba recostada sobre sus sábanas blancas cuando percibió cómo su vagina renacía. Después de tantos años… La combustión que la inundó, produjo que la humedad la abrasara. Un grito ahogado se fugó desde su interior. Abrió de manera deliberada sus piernas, dispuesta a recibir la rigidez. Advirtió la penetración y la lujuria, reprimida por largo tiempo en su interior, detonó como una explosión. —Más adentro, más adentro —gimió, arqueando su espalda en busca de más satisfacción. —Creo que no puedo más —dijo su marido, que continuó succionando sus senos con ímpetu. El ardor la desbordó con violencia, inundando la habitación con sus quejidos y la fascinación la atrapó al percibir el temblor de su cuerpo. Lo iba a lograr. —¿Por qué te detienes? —gritó furiosa. —Las instrucciones dicen que las pilas solo duran una hora. —Su marido levantó el aparato inerte y apagado—. Lo siento . Tamara Kruger Publicado en la Antología de